HORA DE FRONTERA EN MATAMOROS

viernes, 3 de febrero de 2012

Principios éticos del Consultor

La Etica es una condición inherente a toda persona que se desempeñe como Consultor y un elemento que incide directamente en su prestigio y en el de su organización.
En virtud de su profesión, el Consultor ocupa una posición que le confiere deberes y derechos especiales que se detallan a continuación:
-      La Vocación. Es la disposición que hace al Consultor especialmente apto para su actividad profesional. Quien elige de acuerdo a su propia vocación tiene garantizada ya la mitad de su éxito en su trabajo.
-    La finalidad de la Profesión. La profesión de Consultor no debe convertirse en un medio de lucro, El Consultor debe capacitarse constantemente en función de un mejor rendimiento dentro de las actividades especializadas para el beneficio de la sociedad.
-      La utilidad de la profesión: y no su beneficio personal. La mayoría de las profesiones entrañan determinados sacrificios que al final producen una satisfacción en el profesional.
-      La capacidad profesional. Un profesional debe ofrecer una preparación especial dirigida a fortalecer su capacidad intelectual y su capacidad moral.
- La capacidad intelectual es en el conjunto de conocimientos que dentro de su profesión, hacen al Consultor apto para desarrollar trabajos especializados. Estos conocimientos se adquieren básicamente durante los estudios universitarios, pero se deben actualizar mediante la superación sistemática del profesional.
- La capacidad moral es el valor del consultor como persona, lo cual proporciona integridad, seriedad y nobleza a su trabajo. Comprende no sólo la honestidad en el trato y en los negocios en el sentido de responsabilidad en el cumplimiento de lo pactado, sino además la capacidad para abarcar y traspasar su propia esfera profesional en un horizonte mucho más amplio.
-     El secreto profesional que le impide divulgar información que le fue confiada para poder llevar a cabo su labor. Revelar confidencias ajenas es una obvia violación ética. Si alguien le pide al consultor que guarde información privada y él acepta, pero no lo hace, su comportamiento no es ético.
-    La solidaridad como uno de los medios más eficaces para incrementar la calidad del nivel intelectual y moral de los especialistas.
Un Consultor integral dentro de nuestro entorno debe trabajar sobre la base de un conjunto de principios éticos esenciales:
-     La credibilidad: El Consultor debe garantizar que su información sea creíble, a partir de la convicción y seguridad con la que realice sus funciones. Un Consultor que muestre incertidumbre o duda en lo que hace nunca podrá ganarse el crédito de su Cliente y perderá credibilidad, prestigio y mercado.
-      La profesionalidad: El Consultor debe ser un profesional de su actividad y este requerimiento se adquiere a partir de la formación,  experiencia y conocimientos técnicos adquiridos a lo largo de su trayectoria laboral; sus habilidades y destrezas para dar solución a los problemas del Cliente.
-      La calidad en su trabajo: El trabajo del Consultor debe ejecutarse al más alto nivel en todos los órdenes, tanto en la técnica, como en los recursos utilizados, la tecnología y métodos aplicados, la creatividad y la adecuación del mismo a las particularidades e intereses del Cliente.
El Consultor debe ser capaz de distinguir las necesidades y peculiaridades de cada Cliente aunque todos le soliciten el mismo tipo de servicio. Este aspecto también incide de manera determinante en la calidad de su trabajo.
-     La confianza. La calidad del trabajo del Consultor, su credibilidad, su profesionalidad, su comunicación, la veracidad de sus análisis y su sistema de atención al Cliente son factores determinantes para ganarse la confianza de la organización donde presta el servicio. Su actitud ante el trabajo, los resultados alcanzados, la fidelización de sus Clientes a partir de su eficacia en los negocios, y su prestigio como Consultor, le permiten ganarse la confianza de su institución y comprometerla para una mejor gestión en su desarrollo profesional.
-     La confidencialidad. Ante todo, un Consultor debe ser discreto, capaz de respetar la confidencialidad de los documentos, informaciones, datos o hechos a los que acceda como parte del trabajo que realiza en una organización así como también debe mantener discreción respecto a la información confidencial, proyectos en desarrollo, secretos industriales o comerciales, Know-how no autorizado a divulgarse o cualquier otra información relativa a la propiedad intelectual de su entidad.
-      La integridad: La honradez, lealtad y honestidad son cualidades morales de un Consultor que  conforman su ética como profesional de la información que tiene la responsabilidad de orientar al Cliente de manera objetiva.
-      La objetividad: El Consultor debe ser imparcial en sus análisis, debe actuar con desinterés y ser justo en sus apreciaciones sin dejarse llevar por apreciaciones o influencias subjetivas. Debe fundar sus opiniones y decisiones en evidencias y hechos objetivos.
-     La competitividad: La inteligencia, el talento, los conocimientos, capacidad de trabajo, creatividad en las soluciones, habilidades para negociar y la experiencia de que disponga determinan la idoneidad del Consultor y su competencia como profesional.
-     La legalidad: El Consultor debe observar estrictamente las disposiciones normativas y actuar en consecuencia. Prestar sus servicios en correspondencia con las normas técnicas promulgadas por los diferentes organismos.
-      La formación profesional: Mientras el Consultor se mantenga en activo, debe actualizar permanentemente sus conocimientos profesionales. Debe contribuir a su superación y desarrollo así como también a la formación de las nuevas generaciones de técnicos y empresarios.

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